Desde el principio sabía que mi nave no iba a ser de piezas que ya tenía, sino que iba a pedir a Bricklink piezas de un color llamativo con lo que sólo me centré en la forma. Cogía las piezas de las cajas sin mirar el color y las iba colocando. Cuando ya estuve completamente satisfecho con la forma, en mi cabeza ya me había hecho una idea bastante clara de los colores que podría utilizar y cómo combinarlos.
A partir de aquí ya fue todo más sencillo: realizar el pedido, esperar el correo y volver a montar el modelo con los colores seleccionados.
Luego lo de siempre: fotografía, un poquito de procesado con el Gimp y a subir a las redes sociales.
Me ha gustado este proceso. Contrariamente a lo que pensaba construir sin mirar los colores es cómodo. Se pierde menos tiempo buscando una pieza concreta perdida en un montón con lo que la construcción es un poco más fluida, los colores los puedes ir imaginando mientras peleas con los ángulos.
Veremos si en el futuro me sigue gustando esta forma de construir para otros modelos más ambiciosos.
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